lunes, 7 de septiembre de 2009

Obsesión 9 – La Ciudad (Diferencias y similitudes)

Las ciudades son el abismo de la especie humana. –Jean Jacques Rousseau-

¿Cómo les va, mis queridos psicohabitantes? Estuve ausente por un largo período, pese a mi voluntad de volver a reunirme con ustedes, una breve exposición al síndrome de “hoja en blanco” me lo impidió.
Entre el esfuerzo por superarlo y el apoyo de algunos de los lectores habituales (no son muchos, pero son buenos) transmitiéndome su aliento para volver a presentar un post nuevo, estoicamente (lo reconozco) y no por fluidez natural de ideas, me senté al teclado, a amenazarme la mente con duras reprimendas si para esta noche no caía una sola gota de su dulce jugo.

Y bien, aquí estoy. Hoy naufragó nuevamente en mis pensamientos la posibilidad de la bifurcación de una idea. Cómo un concepto puede variar de acuerdo a la concepción de cada autor que lo desarrolle.
En este caso rindo homenaje al invaluable aporte que mi padre hizo a mi subconsciente, en lo que a Rock Nacional respecta. Desde temprana edad, todos los fines de semana, Sábados y algunos Domingos, despertaba con melodías de Los Redondos, Soda, Sumo, Pescado Rabioso, Pappo, etc. Predominaban los dos primeros, usualmente.
En épocas del secundario, de mucha movida adolescente de música nueva (no siempre buena), y de tanto en tanto distraído por algunas novedades internacionales, no le prestaba demasiada atención a los autores nacionales. Pero tanta fue la influencia que ciertos discos tuvieron en mí que, inexorablemente y acompañado por cierto indicio de madurez, mi cabeza se abrió un poco más y pude abordar, no sin disfrute, toda esa música heredada con sumo orgullo. Eso llevó a que pronto empezara, por las mías, a llevarme a mi cuarto los discos de mi viejo de Los Redondos. En esto ultimo se resume el valor que tienen los mismos para mí. Y representa una de las tantas cosas que harán, dondequiera que me encuentre, que me sienta como en casa. Llevo esa representación, esa asociación inmediata dentro mío. Traen hacia mí, estas obras, los recuerdos de la casa de mis viejos.

Hoy, el asunto es el concepto de ciudad. Y se conecta entre Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota y su supuesta antítesis rockera, Soda Stereo.
El primero, en su tema “Preso en mi ciudad”, del disco “Octubre”; y Soda, con su tema “En la ciudad de la furia”, del disco “Doble Vida”.

Para decir algo sobre el mérito de Los Redondos, buscando en los archivos de mi mente, recuerdo que alguna vez se dijo que el timbre de voz del Indio Solari es comparable a lo que representa una guitarra eléctrica en un tema. A eso súmenle la capacidad de Skay Beilinson para aportar con sus riffs supercreativos a la poesía rocambolesca y fundamental del ícono que significa esta banda para la música nacional. Obtenemos un resultado único.
En su letrística se encuentran elementos que son guiños para cierto target de personas, conocidas como “del palo”. A su vez, encontramos ingredientes llamados a ser descubiertos por gente con un nivel cultural determinado. Todo esto lleva a una combinación: La posibilidad de explorar territorios que pocas veces se comunican, pero cuando lo hacen conocen el ideal.
La vida de ciudad, de calle, y el saber de biblioteca. En definitiva, la cultura. Las ideas populares y las del intelectual (no es casualidad que el disco se llame “Oktubre”, refiriéndose a la Revolución Rusa de Octubre de 1917)

Con frases como “una vez le hice el amor a un drácula con tacones”, “atrapado en libertad” y “un esclavo sensible y chillón, y fácil para el gatillo”, Solari nos pinta un paisaje oscuro, una ciudad con mujeres como vampiros, con la muerte a flor de piel y el sufrimiento presente: “...y el rock como todo llanto”. Una ciudad negra, pero con el tinte bermellón de los “ojos al rojo vivo”.

Del rojo viramos al azul.
Porque azulada es la postal de la Ciudad de la furia que nos presenta Cerati.
“Te desnudaré / por las calles azules, Me refugiaré / antes que todos despierten”
En las letras de Soda Stereo siempre está presente el elemento sexual. Alguna vez un amigo bromeando me dijo: “Cerati escribe masturbándose”.
Las metáforas sexuales siempre encuentran lugar en sus letras.
Este hombre alado que extraña la tierra y al cual se le derriten sus alas con la luz del sol, dirige su canto a la ciudad, que lo acogerá y lo dejará dormir “entre sus piernas”. Los vuelos del protagonista nos marcan la pauta a seguir. El, en primera persona, describe a esa ciudad (oscura, gótica): “Sólo encuentro en la oscuridad lo que me une con la ciudad de la furia” y sus habitantes: “Buenos Aires se ve tan susceptible, ese destino de furia es lo que en sus caras persiste”

Del rojo al azul, pero siempre en la oscuridad.
En los dos casos confluyen la urbe, con sus personajes. De parte de Soda, un personaje volador, fantástico, como un ícaro. Aunque parte de la idea de la letra encuentre su base en la furia de Buenos Aires en 1988, tiempos de hiperinflación y furia social. Y el aporte de Los Redondos, que, en primera persona cuenta su experiencia con el “drácula con tacones” que quedará “atrapado en libertad”, preso en su ciudad.

Bueno, les dejo las letras y los links y me despido hasta el próximo post (si es que no me sorprende de nuevo una ola blanca de vacío de ideas)


En la ciudad de la furia – Soda Stereo

Me verás volar
Por la ciudad de la furia
Donde nadie sabe de mi
Y yo soy parte de todos

Nada cambiará
Con un aviso de curva
En sus caras veo el temor
Ya no hay fábulas
En la ciudad de la furia

Me verás caer
Como un ave de presa
Me verás caer
Sobre terrazas desiertas

Te desnudaré
Por las calles azules
Me refugiaré
Antes que todos despierten

Me dejarás dormir al amanecer
Entre tus piernas
Entre tus piernas

Sabrás ocultarme bien y desaparecer
Entre la niebla
Entre la niebla

Un hombre alado extraña la tierra

Me verás volar
Por la ciudad de la furia
Donde nadie sabe de mi
Y yo soy parte de todos

Con la luz del sol
Se derriten mis alas
Sólo encuentro en la oscuridad
Lo que me une con la ciudad de la furia

Me verás caer
Como una flecha salvaje
Me verás caer
Entre vuelos fugaces

Buenos Aires se ve tan susceptible
Ese destino de furia es
Lo que en sus caras persiste


Preso en mi ciudad – Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota

Una vez le hice el amor
a un drácula con tacones:
era un "pop" violento que guió
el gran estilo siniestro.

Ahora ya no llora...
Preso en mi ciudad.
Casi ya no llora,
Atrapado en libertad.

Practicamos tiro al pichón
y un test para ir al espacio.
con mi delicioso campeón,
y el rock como todo llanto.

Ahora ya no llora...
Preso en mi ciudad.
Casi ya no llora,
Atrapado en libertad.

Fue un esclavo sensible y chillón
y fácil para el gatillo.
Atrapó un beso bien hechor
con ojos al rojo vivo.

Ahora ya no llora...
Preso en mi ciudad.
Casi ya no llora,
Atrapado en libertad.

Links para escuchar.
Redondos: http://www.youtube.com/watch?v=AWKHMze1zJU
Soda: http://www.youtube.com/watch?v=-5u_iwszdHU

Hasta la próxima entrada.
Los espero acá, a la misma hora, en esta misma ciudad.

viernes, 14 de agosto de 2009

Obsesión 8 - Los ojos

"Nuestras formas de representación son siempre y sólo nuestros ojos; la naturaleza es la única que sabe lo que quiere y lo que quiso." Goethe

Levanto la vista y, al ver que ya llegaron todos, doy comienzo a esta reunión que disfruto tener con ustedes, una vez cada tanto, en este lugar.
Hoy viaja entre mis pensamientos la obsesión de esta semana que, aunque dé rótulo al post refiriéndose a los ojos, el estímulo entrará por los oídos y se quedará a recorrer nuestros conductos cerebrales por un buen tiempo, y quién dice llegue al corazón, y quién dice llegue al alma.

Se trata de la canción “Ojos de video tape” de Charly García.

A mí, por lo menos, me invadió. Me inundó ese ritmo lánguido impreso de pesadez y esa letra triste, describiendo una despedida: “...te vas, el mundo gira al revés...” (como diría Solari: “las despedidas son / esos dolores dulces”) pero que, si se tratase de una imagen, en un fundido entrelazado veríamos muchos mensajes más, y no sólo uno y tan simple:”...este mundo te dirá que siempre es mejor mirar a la pared...”

Me acompaña en esta empresa de transmitirles mis sensaciones una frase de Antonio Machado: “El ojo que tú ves no es ojo porque tú lo veas, es ojo porque él te ve”. Invita a entender el significado de la mirada, de la subjetividad, de la verdadera misión de ese órgano. Porque, pese a ser tan bellos, los ojos no encuentran su real esencia en la belleza, si no en la capacidad de ver. Y entendemos ver por observar, principio para comenzar a discernir, comprender.
De un artículo que leí en Internet: “Dependemos de la vista más que de ningún otro sentido para movernos por el espacio que nos rodea. En una sola mirada, que dura una fracción de segundo, los ojos colaboran con el cerebro para informarnos sobre el tamaño, la forma, el color y la textura de un objeto. Nos permiten saber la distancia a la que está, si está quieto o se acerca a nosotros y la rapidez con que se mueve. Los ojos nos proporcionan a diario mensajes que nos ayudan a entender el mundo que nos rodea”.
Aunque, según el Principito “lo esencial es invisible a los ojos” gran parte de lo que entra por ellos es la materia prima de algo tan importante para los artistas como los sueños. “La ventana del alma”, cuando miramos hacia dentro. “La eterna subjetividad”, cuando miramos hacia fuera. Y, el autor de esta bella obra poética, envuelve al oyente en su visión, en principio natural, como abriendo una puerta a su cotidianeidad (abre con algo trivial como: “No tengo agua caliente en el calefón” y sigue con un signo de estar reprimiéndose, tal vez para no sufrir: “No tengo que escribir canciones de amor”) Todo en esta canción transmite la impresión que la persona a quien el autor se dirige, vive no viendo la realidad. Vive mirando unos “ojos de video tape”, que podemos interpretar que son televisores, ojos que no ven, que muestran. Que muestran una realidad distorsionada: “las noticias cruzando el mar (…) no ves que el mundo gira al revés…” algo de todo esto me hace acordar a cómo operan los medios en la actualidad. Si ellos lo disponen, hacen girar el mundo al revés.

“Este mundo extrañará por siempre / la película que vi una vez” dice Charly. Y, saliéndome del libreto y entrando en una lectura un poco más caprichosa, subjetiva y sumamente arbitraria yo me pregunto: ¿Extrañaremos por siempre la película del Bienestar de los años cuarenta? Lo único que espero es que no vuelvan, como en el ’76, a decirnos que es mejor mirar a la pared… (Y que encima no este Charly para pintarnos otro “cuadro” como el de “Los Dinosaurios” –a mi humilde juicio, uno de los mejores temas de la historia-)

Les dejo la letra y dos links (una versión en vivo y otra umplugged) porque no encontré la versión de estudio:

http://www.youtube.com/watch?v=3ld4e8MgTSk&feature=related

http://www.youtube.com/watch?v=abqoECqKYxg



“Ojos de video tape” – Charly García.

No tengo agua en el calefón
no tengo que escribir canciones de amor.
No ves que espero resucitar
mientras miras esos ojos de videotape.

Ya llega aquél examen del bien y el mal.
Ya llegan las noticias cruzando el mar.
No ves que el mundo gira al revés,
mientras miras esos ojos de videotape.

Este mundo extrañará por siempre
la película que vi una vez
y este mundo te dirá por siempre
que es mejor mirar a la pared.

Ya tienes las postales del Paraguay
ya tienes las valijas sobre el diván.
Te vas, el mundo gira al revés
mientras miras esos ojos de videotape.

Este mundo extrañará por siempre
la película que vi una vez
y este mundo te dirá por siempre
que es mejor mirar a la pared.

Buen fin de semana, y ojo (!) con lo que hacen.


viernes, 31 de julio de 2009

Obesión 7 – El espacio y las estrellas

Per aspera, ad astra.
(“A través de las dificultades, hacia las estrellas”) –Séneca–


Buenas (y estrelladas) noches.

Esta semana, gente, como veces anteriores (véase en posts anteriores: “Noche” y “Lluvia”) me encarajiné con el cielo y sus cuestiones.

Esta vez va por el espacio en sí. Porque en ese remolino que entremezcla y fusiona los estímulos que quedan dando vueltas en esta gran habitación que es mi cabeza, en la cual uds. siempre son bienvenidos, dejaron sus estelas en el aire recuerdos de variada procedencia, todos con el sello inconfundible de la nocturnidad espacial.

Se dan la mano frente a mí Vincent Van Gogh y Stanley Kubrick, separados por un siglo, pero unidos por una visión.
Sólo un genio creador como el de Stanley Kubrick puede, en una película de 2 horas y 19 minutos, introducir poco menos de 41 minutos de dialogo y hacer de eso algo interesante. “2001: Odisea en el espacio”, la obra de arte a la que me refiero, pasó de ser una película defenestrada por los críticos de la época a investir el título de film de culto, imprescindible en toda colección.
Las cadencias, los climas, la intriga sobre la computadora con inteligencia artificial HAL 9000, los innovadores efectos especiales (especialmente en la escena final, la del psicodélico trip de colores que se pega David Bowman -el protagonista-), el memorable fragmento de las naves y telescopios al compás del “Danubio Azul”, el monolito, junto con la elipsis mas grande de la historia del cine, desde los primates hacia la nave, le valieron a esta peli quedarse a vivir en mi cabeza y partírmela. No es sentarse a ver una película, es recibir la posibilidad de vivir una experiencia.

La llave de la puerta que nos abrió Kubrick a esta nueva visión del espacio, oscuro, silencioso y abundante en misterios también la tenía Van Gogh. Claro que hablamos de otra rama del arte y de otra época, pero miren esto sino:






Se trata de la obra “De sterrennacht”, (en castellano: “La noche estrellada”) de mediados del año 1889.

Este cuadro fue pintado desde la ventana del Sanatorio Saint-Remy de Provence, donde el holandés retuvo la noche en su memoria, ya que fue creado de día.
Para subrayar lo afirmado anteriormente, sobre la visión que Vincent tenía sobre el espacio, y su capacidad artística para capturar en su plana la esencia de la noche y las estrellas, les dejo una frase que el autor le escribió a su hermano en una de sus cartas:

“Tengo una terrible necesidad... ¿diré la palabra?... de religión. Entonces salgo por la noche y pinto las estrellas”.

Seguramente a Vincent y a Stanley los une la frase con que abrí este post, pues ambos, a través de las dificultades, derrotando toda adversidad, han llegado a las estrellas. Han alcanzado la cima del potencial artístico y en sus obras han sublimado. Se han dejado a sí mismos en sus trabajos, quedando así en la memoria colectiva generación tras generación.



No quiero irme sin recomendar también, para ser justo, la respuesta rusa a 2001: Odisea en el espacio, que fue Solaris, de Andrei Tarkovsky. Se trata de algo en la misma tónica pero con otros condimentos filosóficos y existencialistas, línea divisoria que, por cierto, podría trazarse entre todas las películas del estadounidense y las del ruso.

Bueno, ahora sí.
Me despido, recordándoles que nada en el universo perece, todo está sujeto a transformarse.

Ah, y que todos estamos hechos de estrellas.

Uh, que cielo estrellado...

...va a estar lindo mañana entonces.

jueves, 23 de julio de 2009

Obsesión 6 – La lluvia

La lluvia borra la maldad
y lava todas las heridas de tu alma,
este agua lleva en sí
la fuerza del fuego,
la voz que responde por tí por mí...
y esto será siempre así,
quedándote o yéndote.

(De la canción “Quedándote o yéndote”, de
Luis Alberto Spinetta)



(cantando bajito: A mí la lluvia, a mí la lluvia, no me inspira...)

3… 2… 1…
¡Aire!

Hoy se me mojan las ideas con la lluvia de toda esta semana. No puedo sino escribir, esta vez, con el arrullo de las gotas bailando sobre el techo de mi casa.

Existen, en muchas expresiones artísticas, reflexiones sobre la lluvia. Muchas, y algunas muy buenas. Hay cientos de refranes y proverbios que se centran en la lluvia como concepto simbólico o tan sólo la describen. También existen descripciones de hechos a los que la lluvia ha modificado o en los que ha tenido un papel preponderante. Inclusive hay obras, como el poema que les dejo mas abajo, que hacen con el objeto que se enuncia, un surco de perfección entre todo lo escrito hasta ese momento. Se me ocurre que, si la lluvia es perfecta, lo es desde este poema de Garcia Lorca.

Pero hoy elijo, como se elije una lata en una góndola, para abrirles esta puerta a mis consideraciones, la introducción de este elemento narrativo que hace Paul Thomas Anderson cuando, en su película “Magnolia”, decide cortar el relato de manera shockeante y hace llover sapos como una plaga desde el cielo. Esto rompe en la vida de los personajes y su llana existencia, genera extrañamiento y conmoción en un lugar donde habitualmente no pasa nada fuera de lo común.

Toda la semana llovió por estos pagos. Eso cambia la agenda de todos, menos la de los enamorados. Son los únicos que no se acobardan (Como dice
Silvio Rodríguez en su canción Óleo de mujer con sombrero: “...la cobardía es asunto de los hombres, no de los amantes”) porque llevan un escudo y una armadura mas resistente que cualquier otra, que los protege de todo mal: Llevan el amor en el cuerpo y el alma, y el deseo les calienta el pecho.

Quienes aportan el mejor tema sobre como opera la lluvia sobre unos y otros, a mi juicio, son los
Beatles, en su canción “Rain”, primer canción en incluir voces al revés, grabada como lado B del single Paperback Writer, en las sesiones de Revolver (No siendo incluida ninguna de las dos en ese album).

Aquí les dejo la letra y un link para que vean a estos semidioses de la música en el contexto de uno de los primeros videoclips que se hicieron (formato cuya existencia es también atribuible a los Fab Four de Liverpool).

Rain

If the rain comes they run and hide their heads.

They might as well be dead.
If the rain comes, if the rain comes.
When the sun shines they slip into the shade
(When the sun shines down.)
And drink their lemonade.
(When the sun shines down.)
When the sun shines, when the sun shines.
Rain, I don't mind.
Shine, the weather's fine.
I can show you that when it starts to rain,
(When the sun shines down.)
Everything's the same.
(When the sun shines down.)
I can show you, I can show you.
Rain, I don't mind.
Shine, the weather's fine.
Can you hear me, can you hear me?
If the rain comes they run and hide their heads.
sdaeh rieht edih dna nur yeht semoc niar eht fI.
(Rain)
naiR.
(Rain)
enihsnuS.

http://www.youtube.com/watch?v=U2N2tymDcFo&feature=related



y, como broche de oro, les dejo lo mencionado arriba :


LLUVIA
de Federico García Lorca.


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,
algo de soñolencia resignada y amable,
una música humilde se despierta con ella
que hace vibrar el alma dormida del paisaje.

Es un besar azul que recibe la Tierra,
el mito primitivo que vuelve a realizarse.
El contacto ya frío de cielo y tierra viejos
con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto.
La que nos trae las flores
y nos unge de espíritu santo de los mares.
La que derrama vida sobre las sementeras
y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,
el fatal sentimiento de haber nacido tarde,
o la ilusión inquieta de un mañana imposible
con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,
nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,
pero nuestro optimismo se convierte en tristeza
al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran
al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio
y le dejan divinas heridas de diamante.
Son poetas del agua que han visto y que meditan
lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos,
lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,
lluvia buena y pacífica que eres la verdadera,
la que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas
almas de fuentes claras y humildes manantiales!
Cuando sobre los campos desciendes lentamente
las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio
y la historia sonora que cuentas al ramaje
los comenta llorando mi corazón desierto
en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,
tristeza resignada de cosa irrealizable,
tengo en el horizonte un lucero encendido
y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman
y eres sobre el piano dulzura emocionante;
das al alma las mismas nieblas y resonancias
que pones en el alma dormida del paisaje!

Bueno, espero que disfruten de la lluvia de cualquier modo.

Puedo sugerirles una buena película, una buena compañía o una buena siesta. (incluso pueden acomodar las tres a piacere y disfrutar del combo)

Hasta la próxima semana (No se suspende por lluvia)

jueves, 16 de julio de 2009

Obsesión 5 – Los sueños y el otoño

Ten cuidado con tus sueños: son la sirena de las almas. Ella canta. Nos llama. La seguimos y jamás retornamos. (Gustave Flaubert)

¡Salu’ la barra! Esta entrega de mis dificultosas cavilaciones se hizo esperar un poco mas que de costumbre, les pido ténganme paciencia (si quieren sacar de mí lo que merece ser visto)
Me siento frente a ustedes, viajeros frecuentes de mi cabeza, le pido un vermouth al mozo, y me apresto a abrir un nuevo capítulo del itinerario que hasta hoy recorrimos en mutua compañía.
Esta semana apelo, para desarrollar un nuevo episodio de las reflexiones caprichosas que configuran las vísceras de este blog, a una antigua obsesión que tengo por una obra de arte en particular. Se trata de un óleo sobre tela de 152 x 195 cm. del máximo exponente del realismo mágico, René Magritte:
The Secret Player, del año 1927.



Se ha ganado un lugar en mis memorias recurrentes ese clima amarronado de colores apagados, dentro de esa imagen otoñal con tendencia al sepia. Persiste en mí la misma sensación de extrañeza que experimenté al apreciarla por primera vez, cuando la observo hoy. Ese opaco ensueño surrealista me absorbe así como envuelve en su atmósfera a esos dos hombres que, vestidos con la indumentaria deportiva que se usaba en las primeras décadas del siglo XX, miran fuera de cuadro hacia la izquierda, como siguiendo la acción de una pelota que nunca veremos (Asumo que allí, en off, se encuentra “el jugador secreto”, aquel que le da título a la obra).
Un armario, abierto de par en par, contiene lo que parece ser la mitad superior de un mannequin femenino y, flotando en la imagen, una tortuga galápagos negra, vuela hacia la izquierda. Los árboles que bordean la senda se encuentran algunos dentro del camino que lleva al fondo de la escena, y otros fuera: Hay un cerco, parece de madera. Los troncos de esos árboles fueron reemplazados por blancas columnas, clásicas de las barandas de madera de algunas escaleras. Todo en la imagen está dotado de rareza. El fondo de la imagen, plena oscuridad. Como si, en un precipicio, se acabara todo, remite a la visión onírica, donde sólo podemos ver hasta un punto, siendo el resto de la imagen material que no apreciamos al soñar ni recordaremos al despertar. En el flanco derecho vemos asomar un telón de teatro, dándole a este sueño la pose de show, sumándole una nueva connotación.
Esta es, entonces, mi elección de esta semana. Una escena surrealista, un clima otoñal y una invitación al dulce y embriagador licor de los sueños.

Para seguir con la tónica de las asociaciones libres ejercidas con total desparpajo en esta cita que nos damos en mi cuarto de arriba (mi cabeza) les dejo un obsequio que, como el cuadro de Magritte, tiene ciertos matices otoñales. Se trata de Keith Jarrett, interpretando “Autumn Leaves”

http://www.youtube.com/watch?v=io1o1Hwpo8Y

Disfrutenlo como lo hago yo, tomándome un vermouth.
Hasta la próxima, nos vemos (en los sueños).


domingo, 5 de julio de 2009

Obsesión 4 – La noche

Cuando bordeamos un abismo y la noche es tenebrosa, el jinete sabio suelta las riendas y se entrega al instinto del caballo. (Armando Palacio Valdés)


Me pongo la bata roja y canto:

“…la noche /
se perdió en tu pelo”

como Roberto Sanchez, pero los veo llegar y me pongo serio.

Ejem, ejem (toz incómoda)


¿Tuvieron la oportunidad de ver “Eyes wide shut” (Ojos bien cerrados), aquella ultima película del gran Stanley Kubrick? ¿En un punto determinado del transcurrir de la película, no experimentaron una extraña sensación de incertidumbre sobre lo que podría llegar a ocurrir, así como la experimentara el mismo protagonista encarnado por Tom Cruise? ¿Nunca se vieron envueltos en una situación similar, en la cual se preguntaron: “¿Qué hago yo en este lugar, a estas altas horas de la noche, y que será de mí si sigo aquí?” pero quisieron permanecer para saber qué pasaría?
Bueno, la noche tiene estas cosas.
Hoy pondremos el spotlight sobre la noche, eterna compañera de los solitarios. Goethe decía: “La noche es la mitad de la vida, y la mejor mitad” y cuanta razón tiene.
Todo lo que ocurre en la noche pareciera teñirse por un extrañamiento brechtiano, pareciera todo acto yacer bajo un patrón de conducta diferente. Se tiene mas cuidado en los movimientos, el silencio prevalece en la ciudad y pone en contraste los sonidos, que, por sutiles que sean, siempre toman el centro del clima sonoro. Los sentidos se agudizan, las pasiones enrojecen y las memorias acechan. El café, por excelencia el sabor predilecto de la noche y sus criaturas, suelta su vapor al aire y dibuja curvas mas femeninas que una flor.

Hoy los invito a sumergirnos en la oscura e hipnótica cadencia de la noche.

Recomiendo, para sentir como opera el valor agregado de la noche sobre cualquier historia, tanto el film de Kubrick citado anteriormente, como la película “After Hours” (Después de Hora) de Martin Scorsese. En la primera encontraremos el valor de la noche en todas las situaciones planteadas. Desde la misteriosa escena que transcurre en la calle donde al Dr. Harford lo sigue sospechosamente un hombre que nunca se le acercará mas de cincuenta metros, pasando por la orgía con las máscaras y el ritual en la mansión, hasta lo bizarro ofrecido por la situación en la casa de disfraces. Algunas de estas escenas acompañadas por la minimalista banda de sonido compuesta por György Ligeti, que te da un jabón que te la voglio dire…
Y, por otra parte, After Hours, que también ofrece un personaje perdido en la noche de los barrios bajos de Manhattan, es revalorizada por la noche como concepto que reviste todo momento de extrañeza.

Revaloricemos nosotros, ahora, esta noche y recordemos una pizca de “Noches Blancas” de Fiodor Dostoievski seleccionando como quien cosecha, dos fragmentos de dicha obra:

“…El silencio reina en la pequeña habitación. La soledad y la indolencia acarician la fantasía. Esta se enciende poco a poco, empieza a bullir como el agua. La fantasía empieza a desbordarse entre alguna que otra llamarada…”

" Y no he vuelto a ver a Nástenka. ¿Entristecer con mi presencia su felicidad, ser un reproche, marchitar las flores que se puso en los cabellos para ir al altar? ¡Jamás, jamás! ¡Que su cielo sea sereno, que su sonrisa sea clara! Yo te bendigo por el instante de alegría que diste al transeúnte melancólico, extraño, solitario... ¡Dios mío! ¿Un instante de felicidad no es suficiente para toda una vida? "

Así como a Goya, en uno de sus caprichos, los sueños (con ellos hablamos de la noche) le producían monstruos, a Dostoievski estas geniales puestas en clima.
A mi me producen obsesiones, de las que ustedes son jueces y esclavos, aunque sea por esta noche. Por lo menos traten de disfrutarlo, la noche nos es dada para eso, si así lo queremos.

Hasta la proxima, buenas noches.

sábado, 27 de junio de 2009

Obsesión 3 – (Blanco o blanco, diferencia de conceptos)

"El hombre feliz es mas raro que un cuervo blanco" (Juvenal)

Escuchando la canción “Ojalá” de
Silvio Rodriguez, casualmente y, por esas extrañas asociaciones que hace la mente, una frase del estribillo (o, mejor dicho, una pequeña parte del estribillo) me condujo inmediatamente a un poema de Ezequiel Ambrustolo (un amigo poeta que me convidó con su libro “La fuerza de las horas” hace unos meses)
La pequeña fracción del estribillo es la siguiente:

“Ojalá pase algo que te borre de pronto:una luz cegadora, un disparo de nieve” (…)

Llama la atención, ¿no? El disparo de nieve. Pues, a mi me llama la atención. Transmite la noción de algo blanco, repentino, terminante y hasta diría purificador. Algo que te borre de pronto. Te limpie, te saque de mi vida sin dejar rastros. ¿Es eso lo que quiere decir Silvio?. Una luz cegadora, algo que tambien se me antoja blanco. Tanto fue así que me condujo al poema de mi amigo, oportunamente denominado Poema Blanco. Lo leemos, lo paladeamos, luego seguimos.



Poema Blanco

Para escribir el otro poema,
el que no vaga
ni se hunde agazapado
en los abismos infernales del bosque
a suicidarse,

El verso de nieve,

Tengo Tu nombre.

Palabras que acompañan al carro del alba.



Como recientemente suscribí en un comentario a un posteo sobre
Hugo Mujica en el blog charlasdeliteratura.blogspot.com, la poesía no se analiza. No voy a subvertir aquí esta norma tan intocable, pero sí voy a basarme en mi propio principio, o en el leit motiv de este espacio: Reflexionar libremente sobre todo aquello que se me pase por la cabeza, haciendo relaciones que, útiles o no, me hacen sentir cómodo para recibirlos a ustedes aquí dentro, que en definitiva son los que habitarán mi cabeza en estos párrafos, para luego quedarse o irse a sus casas (sus cabezas).

Entonces, sigo con lo mío.

El yeite es que esta vez confluyeron en mi conciencia dos imágenes de blanco fulgor pero de disímil fuente de pensamientos. Ezequiel (que plantea con “Tengo Tu nombre” -NdR: Nótese la palabra “Tu” en mayúscula- una dirección a la Providencia) y Silvio, que quiere liquidar un recuerdo borrándolo a toda costa y hasta mencionando la palabra “Disparo”.
Se han conjugado en mí, sin querer, un hombre que le dedica a Dios su obra y otro que, a través de su poética, expresa sus deseos de muerte hacia un recuerdo que lo tiene a mal traer.

Prendamos la licuadora:

Para escribir el otro poema,
Para no verte tanto, para no verte siempre
En los abismos infernales del bosque,
una luz cegadora, un disparo de nieve:
palabras que acompañan al carro del alba.


Amigos, acompañen al carro del alba y la fuerza de las horas los acercará a la verdad: Para algunos Dios, para otros Ojalá.

Hasta la semana que viene, en este mismo blog, a la hora que ustedes quieran.

PD: Gracias Ezequiel (http://elblogdelamanuense.blogspot.com/) por permitirme postear tu obra, un abrazo grande.